Una coalición de alternativa

Por Indepaz
Las elecciones del 2010 representan mucho más que el cambio de nombre del presidente. Está en juego la perspectiva colectiva de la sociedad, del ejercicio del poder político y de la ética.
 
 
El domingo pasado se llevaron a cabo las consultas internas del partido Liberal y del Polo Democrático. Por el liberalismo ganó el favorito Rafael Pardo. En el Polo generó sorpresa el triunfo de Gustavo Petro sobre Carlos Gaviria.
 
Las cifras de votantes fueron pobres, sin embargo, no por ello hay que desestimar estos ejercicios democráticos, porque los cambios culturales en la política toman tiempo. Por estos días que se conmemoran los 20 años de la muerte de Luis Carlos Galán, hay que recordar que la consulta interna de los partidos fue una conquista suya. Es evidente que esta figura trae más poder de decisión a los ciudadanos.
 
Además, hay coyunturas que atraen más a los votantes que otras. Esta no parece que fuera una de alto interés. Hay varios motivos para ello: los dos partidos que hicieron sus consultas pertenecen a la oposición en un ambiente de favorabilidad y preferencia por el presidente Uribe; no se siente todavía que la campaña presidencial haya comenzado y todo lo relativo a la reelección distrae a la opinión y a los votantes.
 
Sin embargo, las consultas que acaban de pasar pueden ayudar a dar claridad sobre un camino alternativo, una propuesta diferente, que se presente a los ciudadanos. 
Hay demasiados candidatos y es preciso que se llegue a unos acuerdos entre ellos para sumar fuerzas y así tener la posibilidad de ser escuchados y ganar las elecciones. Hacer coaliciones va a ser bastante difícil pero fundamental. Todos hacen sus propios cálculos y buscan las alianzas que los beneficien, lo cual es apenas lógicos tratándose de la política. Al mismo tiempo esto  también obedece a un razonamiento de corto plazo: sólo querer ganar ya mismo o tener chance para ello. 
 
Las elecciones del 2010 representan mucho más que el cambio de nombre del presidente. Está en juego la perspectiva colectiva de la sociedad, del ejercicio del poder político y de la ética. 
 
Si de verdad los candidatos alternativos o de oposición a la presidencia quieren hacer una contribución seria al país es menester que lleguen a unos acuerdos básicos y que diseñen un instrumento que permita, si es necesario, contar con un solo nombre que se presente a las elecciones para enfrentar al presidente Uribe o su escogido.
 
Son muchos los hechos que han demostrado el daño enorme que le está causando al país la persistencia del Presidente en seguir en el poder. Todo el transito del referendo, las “chuzadas” a magistrados y la oposición, la “yidis política”, la “cuellopolítica”, las elecciones en las altas cortes y organismos de control, son señales de la corrupción que produce el deseo de un poder sin límites, tanto en el tiempo como de competencias. Ahora se suma una iniciativa gubernamental para que alcaldes y gobernadores puedan estar en ejercicio cuatro periodos consecutivos, lo que sólo se puede leer como un intento de legitimar la reelección presidencial que está en juego. De pasar esta iniciativa causaría un daño grande a la democracia local.
 
El ejercicio para los candidatos de alternancia u  oposición es establecer unos principios básicos que los una, y si alguno de ellos es el presidente que los respete. Con base en esto se puede trabajar en proyectos de gobierno de consenso. Tener como prioridad la seguridad y la protección a todas las personas es muy importante. También habrá que velar por la independencia de los poderes púbicos, amenazada desde hace un tiempo; establecer y respetar límites al ejercicio del poder; trabajar por una economía más inclusiva, más allá del mero crecimiento; buscar caminos para la paz que no se agoten en la confrontación militar y otros más .  
 
Son los lideres quienes deben dar el ejemplo de que llegar a acuerdos es posible y que también es posible convivir a pesar de diferencias. Un acuerdo de los candidatos presidenciales de alternancia y oposición, básicamente de principios y eventualmente alrededor de un nombre, es de gran valor para la democracia y para un futuro acuerdo de paz, porque recordemos que el principal problema del país sigue siendo la violencia política y todas sus consecuencias degradadas.  
 
Otros países han podido transitar este camino y han obtenido maravillosos resultados, Chile es el ejemplo más cercano, ya completa cuatro periodos presidenciales con gobiernos de un consenso amplio, desde la centro- derecha a la izquierda, que llevan a la moderación.
 
 
30  de Septiembre de 2009
ricardocorrearobledo@gmail.com