UN TRATADO MILITAR VERGONZOSO

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El gobierno colombiano, con el beneplรกcito del Embajador de los Estados Unidos y del gobierno de ese paรญs, decidiรณ no escuchar al Consejo de Estado y proceder con una situaciรณn de hecho contraria a la Constituciรณn a darle curso a un documento escandaloso en su contenido cuya รบnica fuente es la arbitrariedad y un golpe de mano a la soberanรญa.ย 
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El Consejo de Estado en sala plena conceptuรณ el pasado 13 de octubre que el texto del acuerdo de cooperaciรณn militar de Colombia con Estados Unidos para el uso de bases y territorio por parte de tropas, naves y aereonaves militares extranjeras no tiene fundamento en ningรบn tratado anterior, ni en la Constituciรณn Polรญtica y que ademรกs entrega unilateralmente beneficios militares, penales, tributarios y de ย usufructo de bienes pรบblicos en contra de principios, normas y atribuciones. Ese concepto deja en claro que en realidad no es un acuerdo complementario de ningรบn tratado precedente, aprobado por tanto en el Congreso, y que deberรญa tener el trรกmite propio de un tratado nuevo.ย 
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El gobierno colombiano, con el beneplรกcito del Embajador de los Estados Unidos y del gobierno de ese paรญs, decidiรณ no escuchar al Consejo de Estado y proceder con una situaciรณn de hecho contraria a la Constituciรณn a darle curso a un documento escandaloso en su contenido cuya รบnica fuente es la arbitrariedad y un golpe de mano a la soberanรญa.ย 
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El Consejo de Estado desvirtรบa el carรกcter supuestamente complementario del nuevo acuerdo y el atajo escogido de โ€œprocedimiento simplificadoโ€, mencionando cada uno de los supuestos antecedentes para mostrar que en ningรบn caso se refieren al estacionamiento de militares extranjeros, ni al uso de instalaciones militares por militares de Estados Unidos, ni al objetivo de lucha antiterrorista de ย misiones ย o naves de guerra, ni a la extensiรณn del tratamiento a militares, sus contratistas,(mercenarios), ย familiares, ayudantes, vehรญculos, casas y construcciones nuevas como si fueran diplomรกticos y sus movimientos y actividades en cualquier parte del territorio fueran como si estuvieran en Estados Unidos.ย 
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El calificativo del Consejo de Estado a ese Tratado Militar es que se trata de un โ€œdocumento en blancoโ€ que deja abierta la posibilidad para acciones de todo tipo incorporadas por la vรญa de simples actas de compromisos. Colombia entrega de todo y en tanto los Estados Unidos y sus unidades militares se benefician de lo que estimen conveniente. Para comenzar, a los militares, sus ย familiares y acompaรฑantes, a los mercenarios y sus acompaรฑantes, ย se les otorga inmunidad ante delitos o crรญmenes atroces en territorio colombiano, pueden usar a discreciรณn y sin ย costo alguno, la infraestructura de telecomunicaciones, conexiones internacionales de seรฑales; no pagan impuestos y ni siquiera peajes, sus vehรญculos no pueden ser requisados, no hacen aduana ni tienen control alguno en aeropuertos. Como si fuera poco, pueden hacer construcciones con solo hacer el acta o informar y allรญ tendrรกn extraterritorialidad como en sus casas y oficinas en el Comando Sur. (ver texto completo del Acuerdo militar en www.indepaz.org.co).
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Y lo mรกs grave no estรก en este Tratado de Ocupaciรณn, sino lo que se pretende hacer con el estacionamiento de esas tropas, sus equipos sofisticados y sus aereonaves. De manera expresa Estados Unidos entra a ser parte en la guerra interna contra la guerrilla y otros grupos ilegales. A diferencia del Plan Colombia aprobado en el Congreso de los Estados Unidos desde 2001 que se justificรณ en la guerra antidrogas, ahora se coloca el foco en la guerra antiterrorista con enunciados que dejan a la libre interpretaciรณn de los altos mandos hasta donde llega esa categorรญa y sus interrelaciones con el crimen trasnacional o con las organizaciones civiles y personas que entran en la categorรญa de cรณmplices o sospechosas.ย 
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No es extraรฑo que el fundamento normativo alegado por el gobierno invoque documentos del TIAR (1952) y de la Alianza para el Progreso (1962), que fueron instrumentos ย de las doctrinas de seguridad nacional que justificaban todo en nombre de la guerra al enemigo externo.ย 
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Tienen razรณn los Presidentes de Brasil, Argentina o Chile cuando advierten sobre los alcances continentales y de seguridad latinoamericana del nuevo tratado militar entre Colombia y Estados Unidos. Pero desafortunadamente el ambiente de imposiciรณn de las neobases militares, la altisonancia del debate, los excesos verbales de Chรกvez y el ajetreo de la reelecciรณn presidencial, dejan poco espacio para la razรณn o para que se vea la dimensiรณn de la subordinaciรณn. Del golpe de opiniรณn ahora pasamos al golpe de anexiรณn.ย