Se mueve la cosa política

Por Indepaz

Aun existiendo el permiso constitucional para que el Presidente Uribe se presente a las próximas elecciones puede perderlas

El noticiero de televisión de RCN tiene una sección denominada “La cosa política”, la cual presenta generalmente chismes insulsos de los políticos y de altos funcionarios del Gobierno. Su presentadora inicia con un tono repelente diciendo “se mueve la cosa política” y finaliza la sección con un más repelente “la cosa política seguirá moviendo…sé”.

Pues bien, parece que ahora sí se está moviendo la política, mucho más allá de esos intrascendentes comentarios. Las recientes encuestas son un indicador de ello y todos lo que sucede de cara a las elecciones presidenciales del año entrante lo confirma.

A principios del 2001 Horacio Serpa aparecía como seguro próximo presidente para el período 2002-2006 y Álvaro Uribe apenas registraba en las encuestas un 3 %.  Pero todo lo que sucedió en el país durante el 2001, básicamente alrededor del proceso de paz del Caguán, fue moviendo la intención ciudadana y Uribe creció dramáticamente en los últimos meses de campaña al punto de ganar en primera vuelta. El sentimiento del votante coincidió en ese justo momento con la propuesta del candidato Uribe.

Hay similitudes con lo que sucede hoy, en una tendencia que no parece coyuntural. En resumen, aun existiendo el permiso constitucional para que el Presidente Uribe se presente a las próximas elecciones puede perderlas.

Todo el tránsito del referendo reeleccionista está teniendo un costo alto para el Gobierno. La financiación de la recolección de firmas, personas y empresas ligadas a esta recolección, cambio de pregunta, votación en Cámara para 2014, procedimiento de conciliación, recusación del presidente de la Cámara, términos que se agotan, futuro incierto en la Corte Constitucional y votación en las urnas del referendo configuran una carrera de obstáculos que hoy no resulta fácil de sortear.

Estos procedimientos por si solos no representarían una seria dificultad sino fueran de la mano de una percepción ciudadana que va cambiando lenta y sutilmente. Se empieza a dar un agotamiento del ciclo Uribe, por una parte por desgaste natural y por otra debido a la ocurrencia de eventos que alarman y preocupan. Los falsos positivos, las “chuzadas” del DAS, el acumulado de decenas de parlamentarios vinculados a la parapolítica, casi todos de la coalición de gobierno, el desplome de las pirámides, el propósito del ejecutivo de copar los espacios de los otros poderes públicos, van erosionando un poder que hasta hace poco parecía monolítico. Como en la física, se empieza a dar “fatiga de materiales”.

Al lado de estos hechos emerge una conciencia que se expande poco a poco sobre la inconveniencia para el país de un tercer período de Uribe. Muchas personas empiezan a manifestar que si bien gustan de Uribe no quieren que se perpetué en el poder.

Hasta hace poco la pregunta recurrente y gastada era de que si no era Uribe ¿Entonces quien? Este interrogante empieza a perder contundencia y se perfilan ya opciones para todos los gustos.

Un hecho importante es  como se abre paso una mirada de moderación, si se quiere de centro político, representada fundamentalmente en Sergio Fajardo, y también en Antanas Mockus, Lucho Garzón, Marta Lucía Ramírez y Rafael Pardo. Claro, cada uno de ellos a la derecha o a la izquierda de ese centro, pero sin desplazarse a lugares lejanos.

Sergio Fajardo en particular está ganando mucho terreno y si Uribe no participara de las elecciones estaría por encima de quienes representan la continuidad rigurosa del modelo actual. Recoge a parte de quienes han apoyado a Uribe pero piensan que ya es suficiente y a quienes no gustan del Presidente pero no votarían por el Polo Democrático o por el Partido Liberal.

En el 2006 Uribe ganó fácil y casi todo el voto no uribista fue a parar a Carlos Gaviria.  Pero el candidato del Polo no sacará los tres millones de hace tres años, tal vez supere el millón. Sin embargo empiezan a salir candidatos que ganarán talla con el paso de los días y el unanimismo alrededor de Uribe o la polarización cederán el paso a simpatías y apoyos a “mucho más que dos”, parafraseando al poeta muerto Mario Benedetti.

Es una buena noticia para el país la multiplicación de opciones y el peso que van a tener algunas de ellas. Si las elecciones fueran hoy ganaría Uribe, pero serán en once meses y mucho puede cambiar.