LOS CRIMENES DE AGOSTO

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En estos aniversarios se estรก llegando mรกs allรก de las loas y los inciensos y se ha puesto a pensar a muchos en ese otro lado atroz de la violencia que no se logra superar y que tiene nombre de impunidad por crรญmenes de sistema, es decir crรญmenes de Estado.

Por estos dรญas de agosto se ha llenado el calendario de efemรฉrides de magnicidios perpetrados en los รบltimos veinte aรฑos, pero a diferencia de otros agostos en este no se ha repetidoย  que Luis Carlos Galรกn y Jaime Garzรณn fueron sรณlo vรญctimas de los narcos y Manuel Cepeda de no se sabe quiรฉn. Por esas vueltas que da la historia desde altas esferas de la Procuradurรญa y la Fiscalรญa se han dado argumentos para decir que el fondo de estas tragedias es la prรกctica de โ€œcrรญmenes de sistemaโ€, una acciรณnย  sistemรกtica dirigida a destruir colectivosย  mediante el asesinato metรณdico de lรญderes. ย 

Siguiendo lasย  apreciaciones del ex Fiscal Iguaran, existen suficientes elementos para calificar los asesinatos de Galรกn, Rodrigo Lara, Guillermo Cano y otros como parte un plan homicida promovido por mafias coligadas con polรญticos y agentes del DAS o miembros de las fuerzas armadas. En el caso de Galรกn, Mario Iguaran seรฑalรณ antes de dejar el cargo que “allรญ la Fiscalรญa vislumbra un exterminio como modalidad de genocidio, por una parte, y como modalidad de delito de lesa humanidad, por lo que ya descarta la prescripciรณn, porque de acuerdo a la doctrina internacional para aducir el dolo no es necesario acabar con la totalidad del grupo. Es suficiente con que se asesine el lรญder o los directivos”.

La tesis de la Procuradurรญa habla de โ€œcrimen de Estadoโ€: “Existe al interior de la investigaciรณn demostraciรณn clara de que agentes del Estado participaron de manera activa y sistemรกtica en la comisiรณn del asesinato del doctor Luis Carlos Galรกn, con claros fines polรญticos, ese es un hecho que adquiere connotaciรณn de crimen de Estado, y por lo tanto de lesa humanidad y tambiรฉn imprescriptible”.

Segรบn confesiones de Carlos Castaรฑo y otros paramilitares a Jaime Garzรณn lo asesinaron por considerarlo un apoyo de la guerrilla que se camuflaba de comediante y mediador de secuestros. Es decir por las mismas razones que se ordenรณ el asesinato de miles de militantes de la UP. Sobre los cรณmplices de este crimen cometido el 13 de agosto de 1999ย  poco se ha dicho, como tampoco sobre los testigos que han sido silenciados o las jugadas realizadas desde el DAS para encubrirlos. Peroย  todo puede ser mรกs grave de los que parece como dice el Proyecto contra la Impunidad de la Sociedad Interamericana de Prensa, segรบn la cualย  “Garzรณn habrรญa descubierto que algunos miembros de la Brigada XIII (del Ejรฉrcito) en Bogotรก vendรญan armas e incluso personas secuestradas a la guerrilla de las Farc”.Las investigaciones han implicado tambiรฉn al G-3 del DAS que durante aรฑos se encargรณ de hacer listas y pasarlas a los paras y sicarios para que hicieran el trabajo material.

Sobre estos casos en este agosto de 2009 hay prolรญfica informaciรณn en los medios pero en cambio es chocante el contraste con el silencio sobre el aniversario de Cepeda Vargas. Pero aquรญ no cabe duda ya en el juicio histรณrico de que el asesinato del 9 de agosto de 1998 fue parte de un genocidio cuya responsabilidad cabe al Estado por omisiรณn y por acciรณn desde las fuerzas del orden.

Afortunadamente en estos aniversarios se estรก llegando mรกs allรก de las loas y los inciensos y se ha puesto a pensar a muchos en ese otro lado atroz de la violencia que no se logra superar y que tiene nombre de impunidad por crรญmenes de sistema, es decir crรญmenes de Estado.