LA OPORTUNIDAD DE LA ALTERNATIVA DEMOCRATICA

Por Indepaz

Sin sujetos políticos democráticos, organizados y con realidad en diversas regiones, es impensable recuperar el Estado Social de Derecho y la posibilidad de una paz incluyente y sostenible. Y esa ausencia no se suple con caudillos de izquierda, centro y derecha predicando sus mensajes y prometiendo el cielo y la tierra.

 

La inscripción de de Gustavo Petro y Carlos Gaviria para la consulta sobre candidato a la Presidencia de la República por el Polo Democrático Alternativo es una muy buena noticia para esa mitad de país ávido de opciones frente a la crisis institucional y ética del régimen de la parapolítica.

El acuerdo del PDA que hizo posible que se mantuviera la unidad se logró cuando ya los titulares de los grandes medios de comunicación anunciaban
el estallido en pedazos y el acta de defunción de esta agrupación política. El retiro de Lucho Garzón fue leído con razón como un duro golpe a la proyección del Polo y se esperaba el anuncio de Petro que afortunadamente viró a tiempo y permitió que se mantenga el camino de construcción de un partido como instrumento de la alternativa democrática que necesita Colombia.

La salida de Lucho seguirá gravitando negativamente frente a la necesidad de una opción de izquierda democrática. Se trata sin duda de un líder de
peso nacional que encarna el mensaje de la capacidad de gobernar desde una visión distinta a la de la clase dirigente tradicional y a las mafias que
se entronizan a todos los niveles. Faltan vueltas del camino para ver con claridad hacia dónde va este personaje que decidió jugarse todo a su
prestigio personal y a su disputa por un centro tan competido como amorfo.

Si nos dejáramos llevar por los antecedentes podríamos vaticinar que Lucho caerá parado en algún lugar, pues tiene ese don del solitario que administra bien su imagen pública como principal activo.

La consulta del Polo nos lleva en cambio a un escenario más prometedor, pues más allá de la definición entre Gaviria y Petro, está la tarea prioritaria de construcción de un partido – movimiento que se vuelva sujeto de las transformaciones estructurales. La escogencia entre líderes es un asunto importante pero subordinado a la importancia para el futuro de la construcción de un partido de izquierda. Así lo entendieron en el PT del Brasil y persistieron desde 1981 al 2002 fortaleciéndose desde las regiones o Estados, manejando tendencias y grupos internos en un abanico que incluyó desde la izquierda radical marxista – leninista, hasta los cristianos de la liberación y los socialdemócratas de centro.

Claro que como dice perogruyo Colombia no es Brasil, ni tenemos un Lula unificando. Pero eso no desdice de la importancia de que se fortalezcan el
PDA y se convierta en un instrumento fuerte capaz de convocar ciudadanos y también a partidos, movimientos y asociaciones a la gran convergencia que se necesita para que sea realidad una alternativa democrática en el 2010, 2011 y 2014.

De todo este barullo puede quedar una moraleja: Sin sujetos políticos democráticos, organizados y con realidad en diversas regiones, es impensable recuperar el Estado Social de Derecho y la posibilidad de una paz incluyente y sostenible. Y esa ausencia no se suple con caudillos de izquierda, centro y derecha predicando sus mensajes y prometiendo el cielo y la tierra