ANESTESIA GENERAL

Por Indepaz

Hay un país en el que ocurre de todo y no pasa nada. Cada semana trae historias increíbles de violencia y terror mezcladas con otras igualmente inimaginables de logros de la inteligencia o de los que sobreviven desde la dificultad extrema. Después de 60 años de duelos y de crímenes atroces parece haber entrado en un periodo de anestesia que es alimentada gota a gota por vía intravenosa.

 

 

 

De ese país se habla en los foros intencionales con asombro: “¿Cómo hacen para seguir matándose después de 60 años de guerras y violencias?”. “Al lado de Sudan y Birmania es el lugar del mundo donde  se cometen las mayores y más graves atrocidades”. Las máximas instancias de  protección de los derechos humanos en el mundo han alertado porque agentes del Estado están comprometidos en miles  homicidios o ejecuciones sumarias. El último informe de la Alta Comisionada divulgado en febrero de 2009 menciona que están registradas1100 víctimas de esas ejecuciones en los últimos 3 años y varias entidades afirman que en fosas comunes pueden aparecer hasta 30.000 N.N. victimas de paramilitares y de la complicidad de funcionarios públicos de algún nivel.

Pero  de este país, donde los crímenes atroces se pasean como  fantasmas sin que la mayoría quiera conocer de su existencia,  no solo se habla en la comunidad de naciones, como ocurrió en el Examen Universal de derechos humanos; el departamento de Estado de Estados Unidos, la OEA y las ONGs internacionales de derechos humanos coinciden en señalar que ante la inoperancia de las acciones estatales en 2008 se registro una ejecución sumaria cada día, una desaparición forzada cada tres días, 3 torturas por semana, 15.000 desplazamientos al mes.

La Oficina de las Naciones Unidas, ONUDHC, en su informe, asume un tono de alarma y de franco enfrentamiento a la visión del gobierno. Dice sin ambigüedad  que la grave situación de atrocidades es producto de agentes estatales, de la fuerza pública, la guerrilla y otros grupos armados ilegales; señala a todos estos actores como responsables, califica la situación del país como conflicto armado interno; señala que proliferan grupos ilegales “surgidos del proceso de desmovilización de los paramilitares” que “ no son mera criminalidad común”  y que muchos de ellos tienen “una verdadera estructura y capacidad de ejercer control territorial”. Y dicen, como también lo había indicado el gobierno estadounidense, que auque las autoridades hacen muchos esfuerzos y se han reducido homicidios, secuestros y otras formas de violencia, las medidas oficiales son insuficientes, la justicia lenta y la reparación a las víctimas irrisoria. Y a todo le agregan argumentos para que la Corte Penal Internacional intervenga y comience por juzgar a la cúpula guerrillera por crímenes de lesa humanidad.

Mientras en el mundo circulan esos informes y este país es visto como un agujero negro, aquí no pasa nada. La noticia es camuflada en los medios y el gobierno saca un comunicado diciendo que agradece las felicitaciones de la ONU (“pasemos de agache que ese informe no lo lee nadie” dijo un asesor).

Ah, y para los que escapan a la anestesia  la dosis es otra: se les acusa de traidores a la patria o aparecen en grabaciones de teléfonos interceptados. Que país.