Está próximo a abordarse en La Habana el tema de “victimas y verdad” que es además antesala de la búsqueda de acuerdos sobre los temas de justicia, reparación y garantía de no repetición. Y el ambiente, que ha sido denso en los puntos anteriores, ahora sube de temperatura pues se trata de poner sobre la mesa los derechos postergados de las familias y comunidades de más de 220.000 muertos, 5,5 millones de desplazados, 25.000 desaparecidos, más de 10.000 victimas de ejecuciones extrajudiciales, 20.000 victimas de secuestros y otras decenas de miles de torturados, mutilados por minas y otros explosivos, o victimas de la destrucción de sus comunidades y territorios. Además, este panorama del horror conlleva la valoración de responsabilidades por lo ocurrido en “más de sesenta años” de conflicto armado y violencias asociadas e incluso obliga a traducir eso en términos penales.
¿Qué se perdona, cuanto se olvida, quién juzga a quién? y, muchos le agregan: ¿cuantas cárceles de alta seguridad se construyen y que inhabilidades o restricciones políticas se imponen?