Foros de Paz por Colombia

Por Invitad@

Por: María mercedes Moreno

Mama coca

Quisiera compartir con aquellos de uds que hablan español el cubrimiento audiovisual por parte de Prensa Rural de algunas de las conferencia en el marco del Foro Nacional de Paz para el 4º (tercero en orden cronológico) punto de la agenda de los diálogos en La Habana para la terminación del conflicto en Colombia. En el tema de consumo, me parecen particularmente lúcidas las aclaraciones de Augusto Pérez sobre lo que dicta la experiencia con consumidores y la manifestación de deberes y derechos frente al consumo (con presentación de acciones y propuestas) sometidas por Julian Quintero de Acción Técnica Social (ATS) [15:25] audiovisual en Prensa Rural y acá publicado El consumo de drogas como acto que subvierte y quiere ser reconocido. En el tema de cultivos, los refiero acá a la ponencia de Maria Clemencia Ramírez : «Contextualización de La Amazonia Occidental en el marco del problema de las drogas ilícitas» en la que nos refiere cómo la coca es una parte integral de la economía de la región y perfectamente adaptada a las condiciones medioambientales de la selva amazónica,

Lo que revelaron los foros nacional (Bogotá 24, 25 y 26 de) y regional (San José del Guaviare donde se reunieron representantes de los departamentos del Guaviare, Meta and Caquetá el 1, 2 ay 3 de octubre) para la entrega de propuestas de base a ser consideradas en el marco de los diálogos de paz en La Habana, es que lo que piden los campesinos colombianos son agravios históricos, el campo exige justicia, inversión. Así los sucesivos gobiernos colombianos no lo quieran reconocer, los campesinos son pobres, no brutos. Lo que es obtuso es pretender estigmatizar las marchas y descartar las exigencias campesinas, y ahora buscar prohibirlas por ley, con el discurso de que son instigadas por las FARC (de quien contradictoriamente esperan una expresión política y no armada). Los campesinos saben lo que necesitan, no necesitan que las FARC se los diga. Lo que piden los cultivadores son los medios financieros y asistencia técnica para ser productivos, dueños de sus tierras y que la presencia del Estado sea en términos de salud, vías de acceso y educación y no a través de su represión continuada. La exigencia más sentida y compartida en los Foros de Paz es el cese de las fumigaciones y la propuesta consecuente fue la posibilidad de industrializar la coca y/o sustituirla pero con garantías. En lo que se refiere al consumo, éste ahora se discute como asunto de salud pública y se hicieron oír las voces de, y sobre, aquella mayoría de usuarios cuyo único problema es la ilegalidad del mercado. No obstante, el consumo de plantas y sustancias psicoactivas (SPA) sigue principalmente enfocado como un “problema”, un asunto de sociedad y no personal, y los consumidores considerados como objeto y no sujetos de derechos. En cuanto al eje de producción y comercialización, los participantes coincidieron en la necesidad de introducir profundos cambios en la política del Estado en materia de lucha contra las drogas, de legislar para regular.

Mientras estábamos reunidos en los foros y el Estado colombiano atendía la demanda de Ecuador en La Haya con una reparación de USD $15 millones, el Gobierno Santos estaba fumigando en el Guaviare, Caquetá, (donde murió un piloto estadounidense cuando cayó su avioneta de fumigación el 27 de septiembre), en el Meta, , Nariño, Catatumbo y Cauca y quién sabe dónde más puesto que lo que caracteriza esta medida es su total opacidad, a semejanza de todas las demás medidas de drogas que se retroalimentan de la corrupción de lo público por intereses privados. En algunas mesas del foro regional se habló de bombardeos en inmediaciones de la población civil.

Los foros fueron un éxito en cuanto dieron voz y esperanza a la gente de que serían escuchados por fin. Ahora se habla de una “pausa” en el proceso de paz mientras se lleva a cabo la campaña para la elección presidencial (24 de mayo 2014). Sin llegar siquiera a unos acuerdos mínimos para salir de una guerra que nos desangra desde hace 60 años, la política nos pide que arriesguemos la paz en aras de colocar a un político en el poder. Esperemos que la clase política colombiana sepa aunque sea por una vez poner los intereses de su pueblo por encima de los suyos. Que la paz no nos quede grande.