Comunicado de las FARC – EP 17 dic 2008

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“Como muestra fehaciente de la voluntad que nos asiste y como gesto que apunta a generar condiciones favorables al canje humanitario, anunciamos la prรณxima liberaciรณn unilateral de seis prisioneros en dos etapas. Estos serรกn entregados a ustedes, como “colombianos por la paz de Colombia” en cabeza de la senadora Piedad Cรณrdoba. Primero serรกn liberados tres agentes de policรญa y un soldado, y a continuaciรณn, el seรฑor Alan Jara y el diputado Sigifredo Lรณpez. Las condiciones de modo, tiempo y lugar serรกn precisadas en su debido momento.”

 

 

 

COLOMBIANOS POR LA PAZ

Bogotรก

โ€œAun cuando sean alarmantes las consecuencias de la resistencia al poder,

no es menos cierto que existe en la naturaleza del hombre social

un derecho inalienable que legitima la insurrecciรณn.โ€ SIMร“N BOLรVAR

Compatriotas:

Con esta reflexiรณn del padre de nuestras repรบblicas, el Libertador Simรณn Bolรญvar, -que ayuda a comprender preocupaciones colectivas- damos continuidad al intercambio epistolar respondiendo a los temas planteados en su misiva del 27 de noviembre.

Compartimos con ustedes que la discusiรณn sobre la guerra y la paz en Colombia no puede ignorar fenรณmenos que estremecen hoy la conciencia nacional. Los denominados eufemรญsticamente โ€œfalsos positivosโ€ โ€“que debieran llamarse asesinatos de civiles no combatientes ejecutados por el Estado- son, como ustedes acertadamente lo perciben, manifestaciรณn dolorosa de la guerra sucia que vive Colombia. Constituyen un espeluznante grito de victoria de la โ€œseguridad democrรกticaโ€ del presidente Uribe que siempre midiรณ el รฉxito de esa polรญtica โ€“en su componente militar- en litros de sangre.

No puede considerarse como hecho aislado lo que obedece a una directiva puntual del Ministerio de Defensa y de la Presidencia, repetida sistemรกticamente a nivel nacional en todas las guarniciones.

Es imposible desvirtuar que los miles de civiles asesinados para ser presentados noticiosamente como guerrilleros muertos en combate, lo fueron por el estรญmulo de los ascensos y recompensas ofrecidas desde el gobierno a los militares. Asรญ como es un hecho destacable, el que despuรฉs del conocimiento pรบblico sobre semejante genocidio, el Ministerio de Defensa no volviรณ a publicar sus abultadas cifras de “muertos en combate” con las que sustentaban su fantasiosa “derrota de la insurgencia” y el “fin del conflicto”. La conciencia de la naciรณn debe impedir que este tipo de crรญmenes de lesa humanidad que implican al Estado, terminen en la impunidad. La destituciรณn de algunos altos mandos militares por tales hechos debe ser complementada con una responsabilidad penal, lo que muy seguramente, llevarรก que las cortes y los tribunales de los pueblos sienten a laย  “seguridad democrรกtica” – desarrollo de la fascista doctrina de la seguridad nacional – en el banquillo de los acusados.

Tal como lo aprecian ustedes, la escalada del conflicto -que tiene relaciรณn directa con la injerencia creciente del gobierno de los Estados Unidos en el conflicto interno de Colombia- ha estado acompaรฑada de una mayor degradaciรณn. Algo debemos hacer para desembarazarnos de esa maldiciรณn que pareciera perseguirnos desde la destrucciรณn de la Colombia de Bolรญvar y de su gran obra legislativa concebida de cara al bien comรบn.

Desde las medianรญas del siglo pasado la degradaciรณn acicateada por el Estado no cesa de crecer en espiral. Los mismos mรฉtodos brutales que segaron la vida de 300 mil colombianos en la dรฉcada del 50, ahora mรกs refinados, siguen victimizando a la poblaciรณn, descuartizando con motosierras, enterrando en fosas comunes, desplazando a millones de campesinos para apoderarse de sus tierras, โ€œempapelandoโ€ jurรญdicamente a ciudadanos, hasta alcanzar el nivel de barbarie de los โ€œpartes positivosโ€.

Recordamos la respuesta del comandante de las FARC Manuel Marulanda a una pregunta sobre humanizaciรณn de la guerra: โ€œla mejor manera de humanizar la guerra es acabarlaโ€. Hoy seguimos teniendo la misma percepciรณn, y para ello es indispensable el cambio de las injustas estructuras.

Celebramos que su alusiรณn a los prisioneros de guerra, estรฉ desprovista de ese โ€œhumanitarismo tuertoโ€ diseminado por los medios, que ve a los prisioneros de un sรณlo lado, ignorando que se trata de dos partes contendientes. Este enfoque ayuda a la bรบsqueda de una soluciรณn realista del problema, para lo cual reiteramos nuestra determinaciรณn y voluntad de alcanzarla.

En este esfuerzo colectivo, es importante avanzar en la identificaciรณn y precisiรณn de los temas objeto de nuestras reflexiones para ganar certezas en la bรบsqueda de soluciones. Por ejemplo: en un conflicto armado y social como el que vive Colombia desde hace mรกs de 40 aรฑos, integrantes de la fuerza pรบblica debidamente armados, entrenados y uniformados combaten diariamente, de distinta manera y en diferentes escenarios, con la guerrilla revolucionaria, presentรกndose bajas de parte y parte, como ocurre en toda contienda bรฉlica. Finalmente una de ellas obtiene la victoria y toma prisioneros de la parte contendiente. Eso ha ocurrido, ocurre e inevitablemente seguirรก ocurriendo, aquรญ y en todo el mundo mientras persistan los conflictos. Ese tipo de capturados, sonย  prisioneros de guerra. Esa es su categorรญa dentro de la confrontaciรณn. Salvo que se pretenda, como en el caso del gobierno de รlvaro Uribe, negar la existencia del conflicto.

La propuesta de Manuel Marulanda Vรฉlez al congreso de aprobar una ley permanente que deje abierta la posibilidad del canje, cobra plena vigencia en estas circunstancias. Evitarรญa un cautiverio prolongado y doloroso. En este mismo sentido y con implicaciones de muy diversos รณrdenes, hemos planteado en diversas oportunidades la conveniencia de un reconocimiento de las FARC-EP como fuerza beligerante. Se presenta tambiรฉn la retenciรณn de personas con algรบn tipo de representaciรณn polรญtica, que han tomado partido involucrรกndose abiertamente a favor de la guerra y en crรญmenes contra sectores populares, vinculados con el militarismo y el paramilitarismo como lo demuestra todo el proceso de la para polรญtica, o, que con sus acciones, golpean al pueblo, al tesoro o los bienes pรบblicos. Estos, ante la ominosa impunidad del rรฉgimen y en la lรณgica de los de abajo, deben responder por su conducta. Y se da tambiรฉn el fenรณmenoย  de la retenciรณn de personas con objetivos econรณmicos que tiene mรบltiples autores: policรญas, militares, DAS, paramilitares, delincuencia comรบn y miembros de la insurgencia. En la responsabilidad que nos cabe y, entendiendo las dificultadesย  que ello nos acarrea, nos hemos hecho esta reflexiรณn: ยฟcรณmo se financia una confrontaciรณn como la colombiana? ยฟCรณmo lo hace,ย  por ejemplo, el Estado? decreta cargas impositivas generales, Impuestos de guerra, aportes de las empresas trasnacionales, entre las que se destacan: BP, Chevron- Texaco OXI, Drummond, Chiquita Brand, Repsol, Monsanto, Cocacola, etc.; pero fundamentalmente financia la guerra con ayuda econรณmica, militar y tecnolรณgica del gobierno de los Estados Unidos. Colombia es el primer receptor de estaย  “ayuda” en el hemisferio, la cual se paga con soberanรญa. El prominente sociรณlogo estadounidense James Petras estima que Washington ha invertido en el plan Colombia mรกs de 10 mil millones de dรณlares en los รบltimos 6 aรฑos. Es una desproporciรณn de recursos econรณmicos y de medios para una guerraย  Injusta contra un pueblo.

En el espรญritu de minimizar el impacto sobre los no combatientes, las FARC expidiรณ la Ley 002 sobre tributaciรณn, que cobra un impuesto para la paz a aquellas personas naturales o jurรญdicas cuyo patrimonio sea superior alย  millรณn de dรณlares y que solo en รบltima instancia contempla el recurso de la retenciรณn.

La guerra a medida que se generaliza produce efectos dolorosos y no deseados. Con franqueza les comentamos que no estรก dentro de nuestro ideario ni en nuestros principios la eternizaciรณn de estos mรฉtodos. De hecho, lo hemos manifestado estando inmersos en diรกlogos que buscaron la paz con anteriores gobiernos, como bien lo resaltan en su nota.

Los temas de esta misiva son mรกs que oportunos para sugerirles lo importante que serรญa abrir un amplio debate sobre la situaciรณn de miles de presos polรญticos encarcelados luego de redadas masivas utilizadas como tรกctica para atemorizar y disuadir el apoyo popular a las fuerzas insurgentes. Son millares los ciudadanos acusados de rebeliรณn y terrorismo a travรฉs de montajes de la inteligencia militar y del pago de jugosas recompensas. Esta reflexiรณn colectiva deberรญa incluir tambiรฉn la desapariciรณn forzada de personas, la mรกs aberrante forma de secuestro existente ejecutada por el Estado, y que a la pรฉrdida de la libertad agrega la pรฉrdida de la vida luego de espantosas torturas y en medio de la mayor impunidad.

Finalmente, nos piden ustedes, de cara a un eventual intercambio humanitario, avanzar en algunas reflexiones acerca de cรณmo “diseรฑar escenarios en donde sea posible debatir con la sociedad alternativas polรญticas para encontrar una senda transicional hacia una sociedad justa y equitativa”.

Al respecto estamosย  proponiendo a travรฉs del manifiesto de las FARC-EP y de la Plataforma Bolivariana por la Nueva Colombiaย  (documentos adjuntos), un encuentro de las fuerzas polรญticas y sociales interesadas en el cambio, que nos permita delinear de manera consensuada un gran acuerdo nacional hacia la paz, para construir colectivamente alternativas polรญticas a la guerra y a la injusticia social. Estamos seguros que a nosotros y a millones de Colombianosย  nosย  gustarรญa ver florecer un nuevo gobierno, producto de ese pacto social, que convoque al diรกlogo de paz con participaciรณn de las organizaciones polรญticas y sociales del paรญs, que lleve sus conclusiones a una asamblea nacional constituyente, para que el tratado de paz asรญ logrado, tenga ademรกs, sustento constitucional.

Como muestra fehaciente de la voluntad que nos asiste y como gesto que apunta a generar condiciones favorables al canje humanitario, anunciamos la prรณxima liberaciรณn unilateral de seis prisioneros en dos etapas. Estos serรกn entregados a ustedes, como “colombianos por la paz de Colombia” en cabeza de la senadora Piedad Cรณrdoba. Primero serรกn liberados tres agentes de policรญa y un soldado, y a continuaciรณn, el seรฑor Alan Jara y el diputado Sigifredo Lรณpez. Las condiciones de modo, tiempo y lugar serรกn precisadas en su debido momento.

Reciban nuestro saludo cordial.

Secretariado del Estado Mayor Central de las FARC-EP

Montaรฑas de Colombia, diciembre 17 de 2008