ORDENAMIENTO TERRITORIAL POPULAR

Por Henry Caballero Fula

IMG_1530

Ponencia dedicada a Feliciano Valencia, preso político por su lucha social. No es buena noticia para el Cauca, es una afrenta para la paz democrática y el país multiétnico.

 

Ponencia presentada en el Encuentro Regional del Suroccidente Nariño, Valle y Cauca: Caminando la Asamblea Nacional por la Paz

ORDENAMIENTO TERRITORIAL POPULAR

 

Algunas comunidades plantean que el territorio está ordenado y que somos nosotros los desordenados. Partamos entonces de la idea consistente en buscar organizar nuestras actividades como humanos, como pobladores, acorde con el ordenamiento que se vive en la naturaleza, que desde la ciencia se estudia como ecosistema y desde los pueblos se transmite en las tradiciones y en la cosmovisión.

 

El territorio pensado desde las poblaciones locales es distinto al territorio pensado desde las multinacionales y de los intereses del capital. Desde las poblaciones el territorio es pensado como la principal garantía de vida para las generaciones actuales y las que están por venir. Desde el capital se concibe el territorio como riqueza a explotar, en términos de recursos naturales a extraer.

 

Tanto las poblaciones como los empresarios capitalistas realizan actividades agrícolas, pecuarias, minero-energéticas, etc.; pero la visión de cada uno de estos grandes sectores marca la manera en que ello se hace. Para las poblaciones el territorio no puede morir pues es la garantía de su vida misma, de su identidad y su cultura.   Para el capital, el territorio como tal no tiene vida y su misión es extraer al máximo sus recursos; cuanto más pronto mejor pues otros territorios e inversiones les esperan.

 

Hasta el momento el ordenamiento territorial del Cauca pareciera no existir; entre otras cosas, porque nadie sabe cómo se hace y quien lo hace. Los municipios y la CRC tienen unas funciones al respecto a través de los EOT o POT y del ordenamiento de cuencas, además de las funciones de control y vigilancia. Los cabildos indígenas y los consejos comunitarios de comunidades negras también tienen la función de ordenar su territorio pero esto es desconocido en la práctica por las entidades nacionales y departamentales que se sienten con la potestad de imponer sus criterios.

 

En las últimas décadas, se ha visto que no son siquiera los municipios quienes juegan un papel preponderante en la ordenación de los territorios, sino que estos se están reordenando desde leyes nacionales que dan potestad al capital privado para que realice actividades en los mismos, pasando por encima de las poblaciones locales.

 

La principal reordenación territorial es la relacionada con la locomotora minero energética y la de privatización del agua, ésta última a través del Plan Departamental de Aguas PDA y del ordenamiento de cuencas. Es una reordenación territorial invisible que trasforma completamente el territorio y cambia la vida y la identidad de poblaciones enteras, dejándolas, la mayoría de las veces, sin posibilidades  de sobrevivencia física y cultural. En la ciudad de Popayán este reordenamiento territorial también se hace a través de la estratificación; recientemente se ha informado a los pobladores que se cambien de comuna o se vayan de Popayán ya que no es permitido que alguien con bajos ingresos pueda vivir en determinados sitios, teniendo como variable principal los subsidios y el precio de los servicios llamados públicos.

 

El reordenamiento territorial profundo que vive el Cauca ha sido invisibilizado a su vez por el conflicto armado, pues la expulsión de poblaciones en zonas de implementación legal e ilegal de proyectos minero-energéticos se ha camuflado como dinámica causada por el mismo.

 

Ahora que se abre en firme la solución política del conflicto armado, este reordenamiento territorial del que aquí se habla será más visible; sin embargo, no se vislumbra que ello vaya a cambiar en sentido positivo para las comunidades locales,  pues éstas están siendo arrinconadas jurídicamente a través de leyes como el Plan Nacional de Desarrollo 2015-2018 y de las concesiones de exploración y de explotación minero energética que han sido entregadas de espaldas a las mismas, no obstante la existencia constitucional de figuras como la consulta previa y las consultas populares.

 

En este momento desde el movimiento social no se está viendo el posconflicto como una oportunidad abierta por el Estado para construir la paz con justicia social, a pesar de que la oficina del alto comisionado habla de paz territorial; no se puede entender la construcción de la misma si no se hace sobre la superación de los grandes conflictos económicos y sociales y sobre la garantías de sostenibilidad y sustentabilidad tanto de los territorios como de las poblaciones. Por tanto, se están exigiendo condiciones de respeto a la democracia participativa y a la organización social, para construir desde la misma el país, la Región y el Cauca en que todos quepamos y podamos convivir de manera digna.

 

Desde las poblaciones locales en sus diferentes dinámicas organizativas, que se expresan en movilizaciones de nivel nacional, como las agrupadas en la cumbre agraria, se ha planteado la necesidad de trabajar en la consolidación de figuras territoriales ya existentes, que avancen hacia la propiedad colectiva, inalienable e imprescriptible, tales como resguardos indígenas y territorios ancestrales, territorios colectivos de comunidades negras, zonas de reserva campesina, y en la construcción de otras figuras como zonas agroalimentarias, zonas de biodiversidad y territorios interétnicos e interculturales. Es de tener en cuenta que la manera en que se ha dado el poblamiento en el Cauca a través de la historia, conlleva que algunas de estas figuras se entrecrucen o traslapen y que en la práctica se presenten conflictos que sí no se dialogan y resuelven no solo podrán generar un campo popular desunido sino que permitirán que avance sin ninguna resistencia el modelo de despojo y extractivista del capital transnacional.

 

Desde el espacio regional de paz se plantea la realización de un ejercicio prospectivo, de las organizaciones sociales, que permita llegar a construir un imaginario de un Cauca posible en el cual se encuentren las figuras ya señaladas, aunando a ello las propiedad privada campesina pequeña y mediana y las demás dinámicas de propiedad privada. Luego de consensuado este imaginario, se pasaría a dialogar de manera conjunta como sector popular con los empresarios y con los inversionistas. Esto permitiría un esquema en donde las poblaciones locales planean e inciden decisoriamente en   el ordenamiento territorial, no dejando éste en manos de de los sectores económicos del capital que se expresan en  el Estado y que se legitiman a través del mercado de tierras.

 

No se está planteando un Cauca donde no hayan proyectos desde los sectores del capital e inversionistas privados diferentes a los de pequeña y mediana propiedad y de propiedades colectivas sino hacer esto teniendo como base fundamental el ordenamiento territorial realizado por las poblaciones locales. Un ordenamiento que tenga en cuenta las usos actuales y potenciales, la tenencia de la tierra, las necesidades de las poblaciones, el manejo eco-sistémico, las relaciones campo ciudad, la construcción de Región Pacifico y/o Suroccidente, etc.

 

Desde el Espacio Regional de paz hemos planteado las mesas de: economía propia, solución a las problemáticas derivadas de los cultivos ilícitos y del narcotráfico, de memoria histórica, y ordenamiento territorial. En la dinámica popular se han venido construyendo también la mesas interétnicas e interculturales, las mesas de víctimas y las mesas de mujer y género. Creemos que ello puede confluir en un propuesta de ordenamiento territorial popular que se empiece a implementar desde dinámicas y fortalezas existentes en las comunidades y, de manera simultánea, a dialogar y concertar con los sectores económicos y políticos a través del diálogo caucano por la paz que se proyecte a su vez en el diálogo Región-Nación. Consideramos que es la principal tarea del movimiento popular para avanzar hacia la paz estable y con justicia social.

 

ESPACIO REGIONAL DE PAZ DEL CAUCA

 

Popayán, septiembre 28 de 2015